Todas las madres, cuando recibimos por primera vez a nuestro hijo, experimentamos toda una diversidad de sentimientos. Pero lo que crea una gran incertidumbre e incluso temor, es pensar en cómo vamos a manipular al recien nacido. ¿Seremos capaces?
No te asustes. Escucha a tu pediatra, también las instrucciones de tu madre, que al fin y al cabo fue quien te crió y te llevó a ser adulta.Todas las que hemos sido madres hemos pasado por lo mismo. Desgraciadamente la profesión de padres “no se aprende”. No hay escuelas para esta dificil profesión y todos los libros que te puedas conseguir son maravillosos, pero el caso de tu recién nacido no es el que se describe ahí. Las enfermeras de los centros de salud o unidades sanitarias te pueden instruir al respecto. Esa es su labor, muchas veces ignorada. Yo fui una de ellas y lo hacía con el mayor de los
gustos. Las clases donde se pretende enseñar con muñecos, no son lo mismo, puesto que el muñeco es una cosa rígida y el niño tiene movimientos.Estuve trabajando 10 años con niños recién nacidos y prematuros, antes del nacimiento de mi hija. Y a la hora de manejarla, yo estaba tan enredada coma cualquier madre cuando tiene a su primer bebé. Una debe hacerse ayudar por alguna persona que ya tenga hijos, madre, hermanas, suegra, o enfermera si se tiene esta posibilidad. Al mes te sentirás tan orgullosa como yo, cuando alguien te diga: “qué bien manejas a tú hija, claro, tu tienes conocimientos”. Y en mi interior pensaba: me hubieras visto un mes atrás.Felizmente los niños han sido hechos elásticamente para soportar los rigores de las mamás. Nacemos con el don de arrullarlos, estamos en eso desde nuestra primera muñeca. Todas salimos adelante, y cuando ya tenemos tres hijos, dictamos cátedra sobre el tema. Recuerda que los niños “sobreviven” a nuestros esfuerzos por ser la mejor madre. El amor que les tenemos suple la falta de destreza. En la casa Ya tenemos su cuarto y éste será el campo de operaciones. Te aconsejo que compres un carrito de ésos que se usan para colocar las verduras y tienen ruedas. No has leído mal, “carrito con ruedas y divisiones”. Este lo podrás llevar a tu cuarto y a cualquier parte, pero siempre con una regla de oro: orden, pues si reúnes pañales con saquitos y escarpines, cuando el niño esté llorando de repente, haciéndose pipi, y tú buscando cosas, ahí te aseguro que tu depresión post-parto llegará a la cumbre. Estallarás en llanto y querrás que tu hijo esté de nuevo en tu barriga. No te preocupes, a todas nos ha pasado. Los canastilleros son buenos, pero son estáticos, mientras que con el carrito estarás cómoda y él será tu auxiliar en cualquier parte que estés.
Cuidados del recién nacido en casa
- Acostumbrar al recién nacido a los ruidos y a los otros niños en el hogar. Ponerle música que no sea estridente. Sintoniza la radio con música tranquila, de manera que el bebé no dé saltos con cada grito del cantante o de la batería; con este reflejo lo acondicionas a los diferentes sonidos, y así cuando duerme, evitarás que se despierte al más ligero murmullo. No hay cosa más desagradable que llegar a una casa y que la madre te diga: el niño se acaba de dormir. Si lo despiertas te mato. Hablemos en tono bajo”, o cuando llega el esposo: “no hagas ruido, mi amor”. De esas casas provoca salir corriendo, o darle una charla a la madre sobre el reflejo condicionado. Si tú eres de estas madres, te compadezco, pues serás una mártir por mucho tiempo, y no sólo tú, sino todas las personas que te rodean o visitan.
- No dormir al niño con paseos, balanceos o cualquier cosa semejante, los brazos tibios de la madre son rápidamente reconocidos por los niños y ellos se acostumbran a estas comodidades para dormirse. Dale de comer a tu bebé y acuéstalo boca abajo, para evitar que se ahogue con cualquier devolución de leche. Pero no por esto lo vas a tener siempre en la cama. El bebé debe tener horas para tenerlo tú junto a tu pecho y para arrullarlo.
Esto no debe significar que lo acostumbres a tenerlo cargado todo el tiempo; he visto madres que con una mano planchan, hacen comida, y con la otra cargan al niño. No seas tú una de ellas.Tú eres su madre y no su esclava. Los niños son como un cassette virgen donde se graba todo lo que tú haces.Napoleón decía que los niños se criaban 30 años antes de nacer. Por lo tanto debes tener normas antes de que nazcan, para tratar de hacer las cosas lo mejor posible.Al comienzo el niño casi no se mueve, o se mueve muy poco. A veces se siente incómodo cuando ha permanecido mucho rato en la misma posición. Debemos darle vuelta y mirar si tiene un gas. El bebé no tiene otra forma de expresar su malestar. Siempre lo hace con llanto.
Cuidado del ombligo
El recién nacido tiene un muñón del cordón umbilical, que debe ser tratado con alcohol absoluto y una gasa estéril. Una vez que se ha caído, debe seguirse el mismo tratamiento, pero abriéndolo un poco para que penetre el alcohol.
Aseo personal en los niños
El recién nacido tiene una piel muy fina que empezará a perder como si hubiera ido a la playa y recibido sol. Se limpia con agua y algodones con jabón, o con una toalla pequeña.Los genitales de las niñas deben ser lavados de arriba hacia abajo. A veces encontraremos en el pañal pequeñas secreciones y otras veces gotas de sangre, que no deben preocuparte porque son totalmente normales.En los varones, deberá bajarse el prepucio. Tendrá aún vernix, la grasa que lo protegía en el vientre materno.Cada vez que al niño se le cambie un pañal, debe ser lavado con agua corriente.
Baño del niño
Cuando el niño ha perdido el cordón umbilical, puedes bañarlo. No hay necesidad de agua hervida, pues tanta seguridad impide que su piel reaccione a posibles gérmenes normales. El agua debe estar tibia.A la hora del baño:
- Tener próxima la muda a poner al niño.
- Tener los artículos para el baño, el jabón, la esponja y la toalla.
- La hora del baño se puede elegir a voluntad, a media mañana o en la noche, si quieres contar con la ayuda y cooperación de tu esposo.
- Nunca debe ser después de lactarlo o de darle tetero, o muy próximo a ello, pues puede tener hambre y llorará durante todo el baño.